Repercusiones de las elecciones en Villa Merlo.
Villa de Merlo y el departamento Junín le
dieron a Avanzar y Cambiemos una de las pocas alegrías electorales del domingo. En Merlo, la
lista de concejales encabezada por el edil Juan Alvarez Pinto cosechó el 51% de
los votos. Le sacó 15 puntos al Frente de Unidad Justicialista. Unos 1800 votos
de diferencia. El resultado le otorga a Cambiemos tres concejales: Alvarez
Pinto (reelecto), Matías Herrera y Ana Orlando. El bloque de concejales se
completa con Gabriela Mancilla y Leo Rodríguez. Todos radicales. Cinco sobre diez. Paridad con el oficialismo.
E
l triunfo de Avanzar y Cambiemos a nivel local tuvo un sabor agridulce.
La derrota electoral provincial – que nadie esperaba- no se podía disimular en
algunas caras. Una pregunta que surgió a las pocas horas es quién ganó la
elección en Merlo. ¿Avanzar y Cambiemos? ¿Cambiemos? ¿O la UCR? En el
radicalismo se atribuyen el mayor esfuerzo de campaña. Despliegue,
fiscalización y compromiso. Los tres primeros lugares de la lista eran
encabezados por radicales, dos de un sector, el que comandaba Alvarez y Ana
Orlando del sector de Titina Nicoletti.
No
sería de extrañar que en pocos días, la UCR merlina plante bandera a nivel departamental y provincial de la mano de
un triunfo cómodo. Y haga valer esa situación política
favorable. Por eso, ya la noche del triunfo las dos líneas internas de la UCR
comenzaron a limar asperezas y rencores personales para marchar juntos al 2019.
Algo
que no se olvida en el radicalismo fue el embate final que hicieron desde Santa
Rosa del Conlara el intendente Miguel Postiguillo y el diputado provincial
Alberto Fara para bajar a Alvarez Pinto de la lista de diputados y hasta
meterse en el armado de la lista de concejales de Merlo. Esa arremetida
estaba alimentada por el acuerdo personal y político entre Postiguillo y
Claudio Poggi. Para Poggi, Postiguillo era el modelo a seguir. Esa apreciación fue demolida por
los votos. La lista de concejales de Postiguillo perdió
por escándalo y Fara no pudo ganar en su pueblo.
Hay
muchas quejas en el radicalismo por la actitud del macrismo hacia ellos. Se los
señala a los amarillos como políticos de “superestructura”, aferrados a cargos
nacionales en la provincia y que no son capaces de sacrificar un domingo para
fiscalizar la elección. Los pases de factura también serán para ellos. En Avanzar, el resultado
de domingo fue un retroceso de complicada remontada.
Para
el bloque de la UCR y ese partido, el nuevo rol en el concejo deliberante es un
desafío. Habrá que ver si sostienen el temple, la mesura y la institucionalidad
como atributos que puedan ser visto por el conjunto de la sociedad como un
espacio político con pretensiones de gobernar Merlo. En esa labor deberán no
caer en tentaciones políticas, que siempre están presentes en los cuerpos
colegiados.
Un
mérito de la campaña local de la UCR es que nunca dejaron de caminar y tomar
contacto con los vecinos. Y aunque los vientos electorales eran favorables no se descuidaron.
DERROTA DISIMULADA
La
lista de concejales del oficialismo sumó el 35% de los votos. Era encabezada
por el joven dirigente Gastón Fonseca, que realizaba su primera incursión
electoral. Fonseca y Jorge Donda fueron los dos ediles electos por el
peronismo. A partir del 10 de diciembre, el bloque oficialista estará
compuesto por Edgar Amaya, María Rosa Miravet, Gonzalo Ginestar y los
mencionados Fonseca y Donda. Cinco de diez. Emparde político con la oposición.
El
triunfo resonante de Adolfo Rodríguez Saá en la provincia disimuló derrota local. Y
obligará a un replanteo. No deja de llamar la atención algunos datos puntuales.
En algunas mesas, y según el barrio, la lista de Fonseca perdió por escaso
margen. En pocas ganó. Y en otras fue doblado o más en votos. Un
sufragio sectorizado, que quizás tenga que ver con la composición social o con la menor o mayor intensidad de la
campaña en esas zonas de Merlo, tan desfavorable el
domingo pasado.
Se
podrá decir, y en intendente Rody Flores lo mencionó, que “no se estaba
plebiscitando” su gestión. Sin embargo, siempre que se eligen ediles el componente
local está presente. Es inexorable. El resultado electoral impacta en la
composición del concejo deliberante. Y así se vivirá desde el 10 de diciembre. Obligará por lo pronto a un
camino de diálogo más fluido y búsqueda de consenso.
La
gestión Flores tiene el desafío no solo del consenso con la oposición. También
está la dinámica concreción de todo lo prometido en la campaña. En especial,
las obras que se anunciaron y que requieren de una ágil tramitación y
ejecución. Además, necesite una mayor dinámica en el conjunto del gabinete,
donde los rendimientos
son dispares. La gestión es política, ejecución y compromiso
personal. Entrega, por
sobre todas las cosas.Acaso, algunos deban observar cómo se
gestiona desde el entrepiso de la esquina de la calle Mercau y Perón. Y tomar es e día a día como
ejemplo.
El
intendente no es un hombre proclive a los grandes cambios. Y suele tomar las
decisiones con calma. Habrá que ver qué análisis hace de la derrota local y qué
propone para dinamizar su gestión. Hay mucho tiempo por delante. Suficiente para remontar el mal humor de
los que antes votaron al oficialismo y ahora prefirieron otra opción. Pero no
hay tiempo que perder. En Villa de Merlo el voto es volátil. Premia y castiga, cada dos años
sin sonrojarse.
Infomerlo
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