La educación nuestra de cada día...
Reclamos
docentes, chicos sin clases, aulas en pésimas condiciones, padres enojados,
alumnos que toman colegios, programas educativos obsoletos y un Estado que por
momentos parece mirar hacia otro lado, dan cuenta de la delicada situación en
la que hoy se encuentra la educación en Argentina.
La
Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) informó en
febrero pasado a través del tan conocido “Informe PISA”, que el colectivo de
los estudiantes argentinos se ubicaron dentro de los diez peores lugares en un
promedio de 64 naciones analizadas.
Estos
resultados que alarmarían a cualquiera, solo fueron recibidos con
descalificaciones y relatividades no solo por el Estado, sino también por los
propios docentes.
En una
entrevista con un diario nacional, Juan Maria Segura, consultor y experto en
innovación educativa, decía que “Se
cree que los alumnos argentinos no rinden bien en los exámenes internacionales porque los chicos no estudian, están todo el
tiempo en Facebook, porque los docentes no enseñan bien o porque la política
mira a otro lado. Quizás la
respuesta a ese interrogante tenga un poco de cada una de esas suposiciones,
pero de ninguna manera hay una respuesta única y salvadora”.
Alejandro Ganimian, un argentino con un doctorado en Análisis Cuantitativo de Política
Educativa en la Universidad de Harvard, elaboró en el 2015 un
informe llamado El Termómetro Educativo, en el que se analizó a fondo los
resultados de los alumnos en los exámenes ONE entre 2005 y 2013.
Algunas de las conclusiones extraídas del informe fueron:
Un alto porcentaje de alumnos de primaria y secundaria no alcanzan los
niveles mínimos de aprendizaje.
·
Las zonas con peores resultados fueron en el centro del país, la Patagonia
y parte del Noreste, mientras que en la Ciudad de Buenos Aires se registraron
las mejores calificaciones.
·
El porcentaje de alumnos con un desempeño alto es particularmente bajo
entre segundo y tercer año de la secundaria, justo cuando los alumnos empiezan
a encarrilar sus camino universitario.
A partir de este año, las pruebas ONE ya no se
realizarán. Fueron reemplazadas por la Evaluación Nacional Aprender, que tomará nuevas evaluaciones a alumnos primarios y
secundarios y promete perfeccionar el sistema de análisis de rendimiento. Los primeros exámenes del
nuevo sistema se realizarón el 18 y 19 de octubre.
Sin tener una mirada apocalíptica, y reconociendo
que nuestra educación esta sumergida en un mar tormentoso con muchos problemas
por resolver, considero que tal vez, podríamos llegar a responder algunas
preguntas si ponemos la lupa en tres puntos clavez: a) El presupuesto que el Estado
invierte en la educación, b) la obsolescencia de los programas educativos y por
último, c) las condiciones de edilicias y de comodidades que tienen las
escuelas para recién allí preguntarnos sobre el interés que los alumnos le
ponen al estudio.
Teniendo en cuenta cinco puntos que según los
especialistas forman parte del problema en la calidad educativa en nuestro
país:
1. El contexto socio-cultural
2.
La
infraestructura.
3.
La
desactualización curricular.
4.
La
estabilidad docente.
5. La contradicción ética.
Creo que lo importante es que cada uno, según el
campo que le toque intervenir (docentes, alumnos, Estado), tome cartas en el
asunto con responsabilidad y compromiso para lograr que la educación sea de
calidad.-
Lic. Javier Botto
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