te contamos 6 mitos para mamás primerizas.

Cambia, todo cambia. Y en el ámbito de la maternidad, lactancia y del cuidado del recién nacido, ¡aún más! Hoy, muchos hábitos de las abuelas y madres cayeron en desuso e, incluso, algunos de ellos se desaconsejan en absoluto. A continuación, algunas costumbres que han quedado en el pasado.
"Para producir más leche hay que tomar mate cocido"

Seguro muchas mamás lactantes han escuchado este consejo de parte de alguna abuela o tía. Sin embargo, no sería más que un mito.

"Lo único que hace que cada mujer tenga más leche es la succión de su bebé", explica Sabrina Iidaide, puericultora y asesora de lactancia. La regla es simple: A más succión, más producción.

Por otro lado, Silvina Tropini, Lic. Obstétrica, especialista en salud sexual y reproductiva de la mujer, explica que el caudal de leche es proporcional a la ingesta de líquidos que tenga la mamá durante el período de amamantar. "No es el mate cocido puntalmente, sino el aporte de líquidos como el caldo, leche, jugos, frutas, entre otros", aclara.
"Si no agarra el chupete, hay que ponerle un poco de azúcar o miel"

Cuántas veces las madres de antes han probado este recurso con tal de que el bebé se amigue con el chupete. Sin embargo, hoy se desaconseja totalmente.

"Si bien la miel es un alimento saludable, puede contener esporas de una bacteria que puede germinar en el inmaduro sistema digestivo de un bebé y causar botulismo. Es una enfermedad rara, pero muy grave y podría provocar síntomas neurológicos. Por lo tanto, no debe darse miel hasta, por lo menos, el año de vida", especifica la Dra. Viviana Robledo, pediatra, certificada como especialista en clínica pediátrica por la Sociedad Argentina de Pediatría (MN 86174/ MP 444199).
"Hay que dejar llorar al bebé porque si no se malcría"

"Dejálo llorar que no le pasa nada. No lo malcríes, te está tomando el tiempo", suelen aconsejar, también, quienes ya pasaron por la maternidad en la familia.

Sin embargo, hoy en día la "crianza con apego" plantea un enfoque totalmente opuesto y apunta a escuchar el pedido de los niños y a darles seguridad y contención a través del contacto piel a piel.

"Pensemos en que la única forma de comunicarse que tienen todos los recién nacidos es el llanto. Por lo tanto, debemos acudir a su necesidad para criarlos amorosamente seguros y contenidos. El dejarlos llorar sólo aumenta la sensación de soledad y angustia. Con el enfoque antiguo no se estaría contemplando la posibilidad de que necesite estar a upa para calmarse y tranquilizarse", aclara Tropini.

"Si tiene el sueño cambiado (duerme de día y no de noche), para revertir la situación, hay que ponerle el piyama al revés"

"Es completamente falso. Los bebés en los dos primeros meses duermen más de día que de noche porque así fue su rutina dentro del útero. Se explica en el hecho de que mientras la madre se desplaza durante el día, produce un movimiento de vaivén, hamacándolo y estimulándolo a que duerma. Además, recordemos que, por las noches es cuando se identifica más la actividad fetal", sostiene Tropini.
"Hay que amamantar cada 3 horas. Si el bebé llora antes no es por hambre, el pecho es solo para alimentarse"

Si bien hoy son muchos los que siguen con esta filosofía, hay otros que adhieren a la lactancia materna a demanda. "Esto significa alimentar al bebé cada vez que lo pida, sin horarios ni límites. No hay que esperar tres horas para que se llenen los pechos ya que siempre están produciendo. La leche es muy liviana y los bebés hacen la digestión rápido y pueden pedir cada 40 minutos o cada una hora", explica Jidaide.

La experta aclara que los pechos son mucho más que alimento para el bebé, ya que "cuando un bebé está en el pecho recibe muchos estímulos, seguridad, calor, contacto, miradas y la cercanía con su madre como lo hacía dentro de su vientre".

"Cuidado con lo que come la mamá lactante, porque le puede dar a gases a su bebé"

Antes se decía que las madres que amamantan no debían beber gaseosas, ni comer cítricos o papa, porque los bebés podían desarrollar gases.

Sin embargo, lo que la madre consume y el aire que inspira (gases) pasa a sus intestinos, no a la leche. A la leche sí pasan los nutrientes, aclara Robledo.

Además, "los gases son normales en los recién nacidos, es poco probable que estén relacionados con la ingesta de alimentos de su madre", aclara Gina Neill, dietista registrada del Sistema de Salud de la Universidad de Loyola en EEUU, en el sitio de la institución.

Mitos y verdades suelen transmitirse en estos casos en el boca a boca pero siempre lo mejor es hablarlo con el médico, más allá de las buenas intenciones de la familia, lo importante es la respuesta del especialista.


(Fuente: La Nación)

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